jueves, 30 de mayo de 2013

¿Por qué asesinan niños?

El púlpito del Diablo

Por Guillermo Velásquez Forero



Liza Long no es la madre de los asesinos. La verdadera madre, la que concibe, gesta, pare, adiestra, arma y manda a los asesinos a matar inocentes se llama Estados Unidos. Y el porqué de las matanzas no es ningún misterio, lo sabe todo el mundo, excepto los norteamericanos. Para descubrir el porqué, la clave, que explica la última masacre, lo que se debe investigar no es la conexión de Adam Lanza con el colegio Sandy Hook, de Newtown, sino el vínculo umbilical entre los asesinos, la sociedad y el Estado estadounidense. Investiguen:
Por qué Estados Unidos produce tantos criminales, drogadictos, sicópatas, genocidas, racistas, xenófobos, fanáticos, etc.; por qué ha creado la maquinaria de invasión, destrucción y muerte más grande y devastadora del mundo, representada en su inmenso ejército; por qué puso la ciencia al servicio del crimen y convirtió a los científicos en idiotas útiles sicarios del genocidio universal; por qué le ha invertido, y le sigue invirtiendo, miles de millones de dólares al crimen masivo, construyendo armas que prometen exterminar la especie humana; porqué se dedica con tanta pasión a matar inocentes e indefensos, con infinita cobardía, como lo hizo en Hiroshima y Nagasaki donde asesinó decenas de miles de niños en la masacre de infantes más grande y espantosa de la Historia; y así lo ha seguido haciendo en todo el mundo, como en Vietnam, Libia o en Irak donde fue feliz masacrando multitudes de civiles inermes; por qué patrocina el exterminio de los niños, mujeres y hombres palestinos; por qué su primer producto de exportación, y fuente de sus fabulosos negocios, sigue siendo la guerra de exterminio, despojo y dominación; por qué ha cometido tantos crímenes, masacres y genocidios en muchos lugares del mundo. ¿Por qué?


El hecho de que el hombre sea la fiera depredadora más peligrosa y dañina de este planeta, es decir, la perversidad congénita del ser humano, el placer de hacerle el mal a su prójimo, el orgasmo que disfruta cuando da rienda suelta a su pasión homicida, no son explicaciones suficientes en este caso. Se trata del instinto feroz de una raza que actúa como una horda mongólica, de una mentalidad criminal arraigada en el inconsciente colectivo de toda una nación, del modus vivendi inhumano y demencial de una sociedad violenta, y del uso de las armas y la barbarie como método diplomático de un país, presuntamente civilizado, en sus relaciones con el resto del mundo. Pero, aunque parezca increíble, debe existir una solución o, al menos, la posibilidad de inventar una salida de este campo de matanza en que ha convertido el mundo. La solución es tan obvia y simple que la saben hasta los muertos. El presidente Obama, conmovido por la masacre de niños de Connecticut, manifestó públicamente que Estados Unidos debe cambiar para que no vuelvan a ocurrir esos crímenes atroces, cobardes y absurdos, dentro y fuera de su país. Hay que empezar por el principio: que Estados Unidos deje de ser el principal terrorista internacional y la organización criminal más grande del mundo, que no invierta másen la guerra y la muerte, que suspenda sus bombardeos e invasiones, que renuncie a ser el heredero del monstruo sanguinario Gengis Kan, que deje de ser caníbal, que viva y deje vivir. Sígueme en www.guillermovelasquez.com  www.facebook.com/guillevel54

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