miércoles, 29 de mayo de 2013

El imperio del mal

El púlpito del Diablo 

Por Guillermo Velásquez Forero



George W. Bush es un criminal de guerra, uno de los últimos grandes genocidas que debe ser denunciado ante los tribunales internacionales, aprehendido y sometido a juicio por sus innumerables crímenes de la humanidad y los desastres y devastaciones cometidas contra varios países, es especial contra Irak. Este genio del crimen organizado sólo puede ser comparado con la segunda bestia del Apocalipsis que “hace bajar fuego del cielo a la tierra sobre los hombres”, y manda asesinar “a cuantos no se postrasen ante la imagen de la bestia”. (Ap. 13, 13-15)
Han transcurrido diez años desde que este terrorista sintió la necesidad de saciar su insaciable sed de vampiro, sorbiéndose ríos de sangre iraquí, para llegar en perfecta impunidad a usurpar el poder y apoderarse de las reservas de petróleo de ese país.
Hoy, ya ha quedado al descubierto toda la patraña, la gran farsa que este criminal montó para engañar al mundo y conseguir la adhesión de muchos países imbéciles y nefastos, y obtener la bendición para enviar sus legiones de asesinos a desangrar, devastar y saquear a Irak. Quedó en evidencia que es un embustero, porque era falso que Hussein tuviera armas de destrucción masiva, y que él y su gobierno fueran una amenaza para el mundo. Todo fue una argucia para lograr sus fines perversos. La gran amenaza fanática, terrorista y depredadora contra el mundo es Estados Unidos.
Quedó demostrado que es un asesino cobarde que se ensaña contra civiles inocentes e indefensos, porque hay registro de televisión donde aparece anunciándole al pueblo de Irak que lo va a masacrar, que “el pueblo iraquí va a pagar caro” el delito de ser diferente. Y de la manera más vil y cobarde asesinó a cien mil personas. Y produjo destrucciones materiales avaluadas en miles de millones de dólares.
A los sobrevivientes los engañó con el sofisma de que les iba a regalar la paz y la democracia. Pero la tal democracia es un gobierno títere y arrodillado a los pies del imperio, que le entrega a manos llenas el petróleo al enemigo y genocida de Irak. Y la guerra y el terrorismo que actualmente padece el país, quizás no tienen precedentes.
Es tiempo de aplicarle la justicia. No hay que esperar que pasen treinta años para judicializarlo, como se está haciendo con Efraín Ríos Montt por los miles de crímenes de lesa humanidad que cometió en 1982, durante su dictadura en Guatemala.  


Si no existe, debe crearse una ley universal para preservar a todos los países del mundo de las dictaduras, invasiones, bombardeos, arrasamiento, exterminio y saqueo perpetrados por las potencias del mal, como Estados Unidos y sus marionetas y cómplices. Es un deber impostergable de la Humanidad defender el derecho a la vida y al porvenir de todos los pueblos, etnias y culturas del planeta, y protegerlos de los grandes monstruos que ejercen el poder del infierno sobre los hombres en la tierra. Sígueme en www.guillermovelasquez.com  www.facebook.com/guillevel54

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