miércoles, 21 de agosto de 2013

Tunja es una fiesta

El púlpito del Diablo

Por Guillermo Velásquez Forero

Tunja es una ciudad del cielo, que se la disputan las nubes y los vientos, fundada por la nostalgia de los españoles sobre los escombros de Hunza, capital de cacicato de los zaques. Es tan joven que apenas va a cumplir quinientos años. El maestro Enrique Medina Flórez confesó que asistió a un suceso histórico milagroso en la plaza de Bolívar, cuando Tunja pasó del medioevo a la modernidad, a mediados del siglo XX. Es muy estudiosa, está infestada de universidades. Pero no sólo es invencible sino invulnerable y eterna: ha sobrevivido a los malos y a los buenos tiempos, a la plaga de políticos, a la maldición del amante perseguido, Hunzahúa, que le prometió el frío cruel, el viento, la soledad, el desierto y la sed.
Es famosa, además, por sus tesoros escondidos y por ser espiritual, loca y soñadora; y por estar llena de fantasmas. También se le puede acusar de rebelde y patriótica, porque luce orgullosa su Paredón de los Mártires; y desde la Colonia se sabe que es hechicera, erótica y peligrosa para el amor. Su intenso frío es cálido, fogoso, y su viento helado es un hálito de vida, y funcionan como un invernadero para el cultivo de la inteligencia, la genialidad, el ingenio y los sueños del alma. Y es una ciudad milagrosa porque tiene legiones de músicos, pintores, escultores, bailarines, teatreros, escritores, fotógrafos, pensadores, periodistas, investigadores y demás ralea de espíritus románticos que sobreviven de milagro.
Pero lo mejor de Tunja no es sólo su gente y el hecho de ser la puerta de oro para entrar a disfrutar las 7 maravillas de Boyacá, sino la cultura y, sobre todo, el arte. Sus tesoros artísticos de la arquitectura colonial religiosa y civil, inmunes al tiempo, le merecieron ser declarada Monumento Nacional. Y parece que no durmiera, porque nunca deja de soñar: sus actividades de investigación, creación, recreación y divulgación, en todas las disciplinas artísticas, son constantes, fecundas y prolíficas.

Otra de sus maravillas es el Festival Internacional de la Cultura, que se celebra desde hace 41años. Este magnífico acontecimiento es organizado por la Gobernación de Boyacá, a través de la Secretaría de Cultura y Turismo, y extiende el influjo de su magia a más de 50 municipios. Miles de artistas provenientes de diversas y múltiples culturas, países, y departamentos de Colombia concurren a esta meca de la belleza a ofrecer y compartir los trabajos del espíritu iluminado por el genio creador. Es una fiesta universal donde las artes abren caminos de alegría y crean espacios de paz y de comunión para disfrutar del placer estético y compartir fraternalmente los milagros de la inteligencia y la imaginación creadora; y es un encuentro feliz e inolvidable que confirma que el arte y la cultura son  manifestaciones luminosas del alma que nos hacen más humanos, sensibles, creativos y capaces de vivir nuestros sueños. En este 2013, el FIC estará en escena del 31 de agosto al 7 de septiembre bajo la asesoría del prestigioso compositor José Ricardo Bautista Pamplona, que además de genialidad, tiene talento y magia para organizar eventos culturales de grandes dimensiones. Sígame en www.guillermovelasquez.com / www.facebook.com/guillevel54 

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