El
púlpito del Diablo
Por
Guillermo Velásquez Forero
Tunja es una ciudad del
cielo, que se la disputan las nubes y los vientos, fundada por la nostalgia de
los españoles sobre los escombros de Hunza, capital de cacicato de los zaques.
Es tan joven que apenas va a cumplir quinientos años. El maestro Enrique Medina
Flórez confesó que asistió a un suceso histórico milagroso en la plaza de
Bolívar, cuando Tunja pasó del medioevo a la modernidad, a mediados del siglo
XX. Es muy estudiosa, está infestada de universidades. Pero no sólo es
invencible sino invulnerable y eterna: ha sobrevivido a los malos y a los
buenos tiempos, a la plaga de políticos, a la maldición del amante perseguido,
Hunzahúa, que le prometió el frío cruel, el viento, la soledad, el desierto y
la sed.
Es famosa, además, por sus
tesoros escondidos y por ser espiritual, loca y soñadora; y por estar llena de
fantasmas. También se le puede acusar de rebelde y patriótica, porque luce
orgullosa su Paredón de los Mártires; y desde la Colonia se sabe que es
hechicera, erótica y peligrosa para el amor. Su intenso frío es cálido, fogoso,
y su viento helado es un hálito de vida, y funcionan como un invernadero para
el cultivo de la inteligencia, la genialidad, el ingenio y los sueños del alma.
Y es una ciudad milagrosa porque tiene legiones de músicos, pintores,
escultores, bailarines, teatreros, escritores, fotógrafos, pensadores,
periodistas, investigadores y demás ralea de espíritus románticos que
sobreviven de milagro.
Pero lo mejor de Tunja no es
sólo su gente y el hecho de ser la puerta de oro para entrar a disfrutar las 7
maravillas de Boyacá, sino la cultura y, sobre todo, el arte. Sus tesoros
artísticos de la arquitectura colonial religiosa y civil, inmunes al tiempo, le
merecieron ser declarada Monumento Nacional. Y parece que no durmiera, porque
nunca deja de soñar: sus actividades de investigación, creación, recreación y
divulgación, en todas las disciplinas artísticas, son constantes, fecundas y
prolíficas.
Otra de sus maravillas es el
Festival Internacional de la Cultura, que se celebra desde hace 41años. Este
magnífico acontecimiento es organizado por la Gobernación de Boyacá, a través
de la Secretaría de Cultura y Turismo, y extiende el influjo de su magia a más
de 50 municipios. Miles de artistas provenientes de diversas y múltiples
culturas, países, y departamentos de Colombia concurren a esta meca de la
belleza a ofrecer y compartir los trabajos del espíritu iluminado por el genio
creador. Es una fiesta universal donde las artes abren caminos de alegría y
crean espacios de paz y de comunión para disfrutar del placer estético y
compartir fraternalmente los milagros de la inteligencia y la imaginación
creadora; y es un encuentro feliz e inolvidable que confirma que el arte y la
cultura son manifestaciones luminosas
del alma que nos hacen más humanos, sensibles, creativos y capaces de vivir
nuestros sueños. En este 2013, el FIC estará en escena del 31 de agosto al 7 de
septiembre bajo la asesoría del prestigioso compositor José Ricardo Bautista
Pamplona, que además de genialidad, tiene talento y magia para organizar
eventos culturales de grandes dimensiones. Sígame en www.guillermovelasquez.com / www.facebook.com/guillevel54
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