Una hermosa doncella maya fue escogida por los
sacerdotes de la tribu para desposarla en efímera orgía con una divinidad
protectora. Después de la ceremonia ritual de ofrenda propiciatoria, la joven,
que sería inmolada con su virginidad intacta, fue recluida en ayuno
afrodisíaco.
Llegado el momento de la consumación, la
víctima nupcial tuvo que saltar al abismo desde un trampolín
de piedra y mientras descendía con los ojos cerrados, envuelta en el esplendor
de su desnudez, alcanzó a contemplar en todo su hierático y majestuoso
erotismo, al dios vampiro de la fecundidad.
En el instante de estrellarse contra el fondo
del pozo y en medio de un extraño deslumbramiento, la
hembra elemental fue poseída brutalmente por
la deidad, que le iba chupando la sangre mientras la penetraba con su
falo de oro puro.
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* Premio internacional de cuento breve Prensa Nueva.
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