martes, 17 de diciembre de 2013

Intento de vuelo

El estudiante, acorralado por el fragor de las botas que asaltaron la Ciudad Universitaria para enseñarles a los jóvenes la ciencia del terror, en un instante aprendió a encender la luz de fuga, recobró su remota herencia de reptil alado, y ayudado por el ciempiés del miedo, escaló los muros del edificio, alcanzó el tejado, corrió sobre la cumbrera y quiso alzarse sobre el fuego. Pero fue derribado por un balazo que le quebró un ala.

Años después, en una mazmorra del régimen, todavía espera la oportunidad de ser juzgado en Consejo Verbal de Guerra, por intento de vuelo.

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